lunes, 31 de enero de 2011

e domani...


No me creo lo que estoy haciendo. Ha sido todo tan rápido que no tengo tiempo para reaccionar.

Es increible que este último mes me he estado preguntando casi diariamente qué hacer con mi futuro y de buenas a primeras mi vida va a cambiar en los próximos nueve meses.

Me da mucha pena separarme de mi familia y pensar que al menos hasta mayo no podré verlos; a mis abuelos, mis primillos, mis padres, mi hermano, mis tios... Menos mal que el tiempo pasa rápido y cuatro meses casi que no suponen nada.

También me da cosilla por mi novio. Sólo pensar que después de esta noche no lo veré hasta Dios sabe cuando me pone super triste. Lo quiero un montón y él a mí, así que no sé cómo llevaremos esto de estar tanto tiempo separados. Sé que suena fatal (porque parecemos dos dependientes que no tenemos vida propia), pero lo más que he estado sin verlo han sido ocho días cuando estuve en México y, aún así, me llamaba a la habitación del hotel día sí día también...

En fin, creo que esta noche me costará dormir pensando lo que he aceptado. Tampoco es que sea nada del otro mundo, porque me voy a Palermo, no a Kabul, pero apenas he tenido días para concienciarme de este cambio.

Ya mis próximas entradas será desde Palermo, qué fuerte!

viernes, 28 de enero de 2011

Spagnola alla palermitana

No tengo palabras para definir lo qué me ha pasado en estos últimos días. Me encanta que la vida sorprenda de esta manera y me haya dado la oportunidad de dar un giro de 180 grados a este 2011.

Como tengo prisa, iré al grano. El próximo martes me voy a PALERMO!!! :D :D :D  Me han concedido una beca en el Servicio de Voluntariado Europeo (SVE) y estaré allí nueve meses!

Ha sido un poco locura, porque el martes pasado por la noche leí un correo que me había mandado la coordinadora del SVE, en el que me informaba de que había una plaza libre para Palermo, y era urgente. Le contesté diciendo que yo estaba muy interesada, que había estado en esa ciudad y que me había encantado y que, además, como había hecho Erasmus en Roma el idioma no sería un problema.

La sorpresa me la llevé al día siguiente cuando me dijo que el proyecto comenzaba el próximo 1 de febrero y que duraba nueve meses. Claro, lo vi así tan de sopetón que al principio me eché para atrás y le dije que no. Es que me parecía tan fuerte irme a la semana siguiente y no volver hasta octubre...

Pero a final, después de hablar con mil personas, volví a hablar con la coordinadora y le dije que contara conmigo. Y nada, al día siguiente me llamó la chica italiana que lleva este tema desde Sicilia y ya me explicó cómo iba a ir todo.

Ya casi que me he hecho a la idea, pero al principio dije que no porque ya tenía planeado (me gusta planear siempre todo >_<) los primeros meses de mi 2011: ir a Madrid a finales de enero a ver a unas amigas - he tenido que cancelar el viaje por esto que me ha salido de Palermo -, intentar buscar un trabajo en condiciones en cualquier punto de España y, si no, irme a Inglaterra para mejorar mi inglés. Pero claro, también me parecía absurdo dejar algo seguro por unos planes que igual se cumplían como que no. Además, en estos últimos meses he estado echando tantas becas para irme al extranjero (que si a Dublín, a Florencia...) que me parecía super mal decir que no ahora que me estaban dando la oportunidad.

Así que hala, que me voy. En estos poco más de tres días tengo que despedirme de mi familia, de mis amigos y de mi novio. La mitad de mi familia piensa que estoy loca perdía, y puede ser que tengan razón. Sé que los echaré de menos, pero como ya pasé nueve meses en Roma hace ya algunos años, sé a lo que me enfrento. Lo del novio será nuevo para mí, porque la otra vez fui soltera así que no tenía ninguna "atadura". Supongo que nos echaremos muchísimo de menos, pero no creo que la distancia tenga que ser un problema (dentro de lo que conlleva estar separados por tantos kilómetros).

En fin, alea jacta est. Ya no hay que darle más vueltas. A ver qué tal me va!


martes, 18 de enero de 2011

La becaria que dijo hasta aquí

Tengo 23 años y soy de España, concretamente de Andalucía.

Me licencié en Periodismo en septiembre de 2009 y desde entonces sólo he encontrado trabajos de becaria.


Mi historia no es muy diferente a la de muchos de jóvenes españoles. De hecho, miles de titulados podrían contar exactamente lo mismo.

Comienzas una carrera, con más o menos ilusión, pero con la certeza de que estás ganándote "un futuro mejor".

Pero antes de eso, tus compañeros de instituto dejan de estudiar para ponerse a trabajar (en la obra, en un Mc Donald's, una tienda de ropa o un bar), mientras tú decides seguir estudiando. Ellos vacilan de tener dinero; se compran un coche, la ropa que le da la gana, y tú sigues estudiando como un condenado y haciendo malabares con la paga que te dan tus padres.

Pero lo importante era seguir estudiando. Te lo decían tus padres, tus profesores y hasta tú mismo, porque estabas convencido de que "el día de mañana" ibas a encontrar un trabajo con mejores condiciones que la de tus compañeros y con un mejor sueldo.

Y te animas. Y terminas la carrera animado. Y el día que te licencias crees que vas a comerte el mundo. Que después de años de esfuerzo alguien sabrá apreciar lo que vales y que, aunque empieces haciendo prácticas, te ofrecerán un contrato.

Y empiezas como becario. Y te das cuenta de que algo falla. Que estás trabajando como un profesional gratuitamente o por una miseria. Y que apenas te valoran.

Al principio te prometen que cuando termines la beca, te contratarán. Y estas seis meses ganando 360 euros al mes (los que tienen la "suerte" de cobrar). Y te da por pensar en aquella amiga tuya, que no tiene ni el graduado de la ESO, pero que cobra 800 euros al mes trabajando en una zapateria prácticamente las mismas horas que tú. O incluso menos. Porque lo primero que aprendes es que la supuestas 25 horas que tienes que echar se duplican automáticamente una semana después de comenzar.

Pero aguantas. "Porque, al final, te vamos a contratar". Y cuando te prorrogan la beca tres meses más, te alegras. "Porque, al final, te vamos a contratar". Y no te das cuenta de que se han aprovechado de ti durante nueve meses hasta que llega el final. "Has sido una buenísima trabajadora, no has podido hacerlo mejor, estamos muy contentos contigo, pero..."

Y vuelves a comenzar de 0. Crees que esta experiencia va a ayudarte pero vuelves al mismo punto de partida. Te llaman para otra beca. Esta vez, incluso cobras menos y trabajas más. Sabes que vales más que eso, pero "estamos en crisis. ¿Qué voy a hacer? ¿Quedarme en mi casa?". Y aceptas.

Pero te vas quemando. No tienes tiempo para tu familia, ni para tus amigos, ni para tu novio. Ni siquiera para ti. Ya no estás cansada, estás harta. Y sigues pensando que mereces más. Que algo está fallando en España. Que no es normal que gente preparada, inteligente y capacitada tenga que sufrir estas condiciones.

Y piensas que ya está bien. Que ya ha durado bastante la broma. Y te levantas una mañana y dices "hasta aquí hemos llegado. No aguanto más".